La mano de obra infantil es una práctica habitual en varios países de Asia, Sudamérica o África. Este niño descansa exhausto, después de haber cosido durante todo el día unas telas por las que cobrará un salario mísero. Su comprador final, probablemante europeo, nunca preguntará quién y cómo las fabricó.
lunes, 12 de abril de 2010
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